Con la bendición del Altísimo y el corazón henchido de emoción, parte desde las tierras libertarias una de las más grandes delegaciones que ha visto el país, llevando consigo no solo instrumentos, partituras y trajes típicos, sino el alma viva de un pueblo que canta, crea y celebra.
Son más de 200 almas entre artistas, gestores culturales, comunicadores, dirigentes artísticos y productores, que emprenden viaje hacia el corazón dulce de la caña: la encantadora Ginebra, en el departamento del Valle del Cauca. Allí, entre acordes y nostalgias, entre el rumor de cañaverales y el eco de la tradición, Boyacá llega a entrelazar sus saberes y acentos con el sonido encantador de una bandola que sigue trinando desde el cielo.
En la modalidad instrumental del Concurso, Boyacá se hace presente con tres agrupaciones de excelencia: el Dúo de los Hermanos Cely Triana de la ciudad de Tunja, el Ensamble Hunzahua también de la capital boyacense, y el Dúo Los Príncipes, orgullo musical de Duitama. Tres nombres que evocan no sólo técnica y virtuosismo, sino una historia recóndita de amor por la música andina colombiana.
Los conciertos especiales, aquellos que se revisten del título de Patrimonio Cultural de la Nación y el Internacional, también se ven marcados por la impronta boyacense. Allí palpitan nombres como Carranga Primaveral, Belén la Margarita, el Convite Benigno Núñez, el Dueto Arena y Mar, ¾ de Mi Tierra Ensamble y La Comadre Enna y sus Ahijaos. Cada uno, a su manera, representa una centella de esa llama cultural que Boyacá lleva encendida por generaciones.
Uno de los momentos más emotivos será, sin duda, la entrega del Gran Premio Mono Núñez Honoris Causa al Dueto Primavera. Este galardón se convierte en un homenaje sentido a una agrupación que, desde lo profundo de la entraña regional, ha sabido proyectar su carrera hacia escenarios nacionales e internacionales, llevando siempre el nombre de Boyacá como estandarte, reconocimiento que no solo consagra su legado, sino que reafirma la importancia de su aporte al pentagrama colombiano.
En el Encuentro Infantil “Mateo Ibarra”, el Festival de la Plaza y el Encuentro de Expresiones Autóctonas, Boyacá dice presente con agrupaciones que conmueven por su frescura y disciplina. El Coro Fawá del Conservatorio de Bellas Artes de Paipa, el Grupo Juvenil Herencia, la Estudiantina Julio Osorio del Gimnasio Campestre del Norte, La Rumbita de Jacinta, que además abre una de las galas del Coliseo Gerardo Arellano Becerra, la Orquesta de Cuerdas Frotadas del mismo colegio, y el Grupo Iraka de Tibasosa, todos tejen un entramado sonoro que celebra el porvenir de nuestras tradiciones.
El aclamado Encuentro Nacional de Compositores se engalana con la presencia del cantautor boyacense José Ricardo Bautista Pamplona, quien además funge como presentador de los conciertos especiales en el Coliseo Gerardo Arellano Becerra. En los conciertos dialogados y los espacios de interacción reflexiva, su palabra también tiene eco, así como la de otros boyacenses que enriquecen el pensamiento y la crítica musical.
El Festival de la Plaza, ese rincón entrañable de Ginebra, vuelve a escuchar la voz y la narrativa del reconocido presentador boyacense Carlos Javier Morantes Niño, quien, junto a otros dos baluartes de la palabra, conduce esta cita alterna que se desarrolla en el parque principal del municipio, sembrando belleza y emoción entre los asistentes.
Decisivo ha sido el respaldo irrestricto de la Gobernación de Boyacá, encabezada por el gobernador Carlos Andrés Amaya Rodriguez y la dinámica secretaria de Cultura y Patrimonio, la maestra Mireya Becerra Quiroz. Su labor ha sido fundamental para que, en este 2025, el departamento continúe su ascenso firme como una de las regiones más fuertes y respetadas del Festival. Este prestigio no es fruto del azar, sino de una labor abnegada, disciplinada y silenciosa que se viene forjando desde hace más de 33 años sin interrupción.
En el plano comunicativo, Boyacá también protagoniza una alianza informativa a través del Sistema Informativo La Palestra, que, junto a SAYCO, la Sociedad de Autores y Compositores de Colombia, y Funmúsica, realiza un cubrimiento especial desde un set dispuesto en la zona baja del coliseo, por donde transitan grandes invitados y desde donde se construyen crónicas y documentales que dan cuenta de cada escenario y cada acorde.
Este esfuerzo colectivo ha sido respaldado por instituciones aliadas como la Alcaldía de Paipa que lidera el arquitecto German Ricardo Camacho Barrera, quien impulsa con fervor el evento Termatalia Colombia 2025, a celebrarse del 24 al 26 de septiembre. Se suma también la Secretaría de Cultura y Juventud de la capital turística, artífice del desarrollo cultural de Paipa con su ejecutiva Belén Osorio Vásquez a la cabeza; Comfaboy, que promueve el arte, la cultura y el turismo; el icónico Pueblito Boyacense, con su oferta cultural y turística; la empresa INPRO, garante de innovación y progreso; y la Fundación JRBP, delegada de Funmúsica en Boyacá.
Como símbolo visible de esta presencia inolvidable, se alza la ya emblemática “Bandola”, pieza publicitaria de colección que identifica a los boyacenses y que ha contado con el apoyo del Fondo Mixto de Cultura de Boyacá, bajo la dirección del gestor cultural Jorge Enrique Pinzón. A su lado, las camisetas que viste con orgullo la nutrida delegación se convierten en un homenaje visible que hace el gobierno departamental, al origen y al nombre mismo de Boyacá, que en el lenguaje ancestral significa “Cercado de mantas”. Muy apreciable el respaldo que han dado también a sus artistas las alcaldías de Paipa, Tibasosa y Sogamoso.
Así, más de 200 almas provenientes de la tierra de la libertad se toman las calles de Ginebra en un acto de amor por nuestras raíces y en una manifestación clara y abierta, para que la música de nuestro inmenso folclor se alce como una sola bandera en defensa de lo nuestro.
Con esta participación decidida, Boyacá no busca competir, sino todo lo contrario: hermanar su talento con el de los demás departamentos, abrazar el calor fraterno de Funmúsica, el estallido del fervoroso público y compartir, con generosidad, la grandeza de una tierra que, paso a paso, se consolida como un destino sólido, fecundo y entrañable de tesoros musicales.
