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«Que llueva, que llueva»…

Las maniobras del hombre para atraer la lluvia. ¿Ciencia, tradición o fantasía?

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04/18/2024

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El agua que llega de las alturas, es considerada como una bendición. Fotografía Archivo particular.

Ante las agudas sequías, el desabastecimiento de los embalses y las medidas de racionamientos de agua y luz, son muchas las propuestas y acciones que surgen de uno y otro sector y en especial desde lo científico, tradicional y religioso, veamos:

Existen varias formas en las que los seres humanos han intentado influenciar el clima para provocar lluvias, sin embargo, es importante tener en cuenta que la manipulación del clima es un tema complejo y controvertido, y muchos métodos todavía están en etapa de investigación o son objeto de debate.

La siembra de nubes es uno de los métodos más antiguos y conocidos para intentar aumentar la lluvia, proceso que implica la dispersión de sustancias, como yoduro de plata, en las nubes para estimular la formación de gotas de lluvia o cristales de nieve y una vez estas gotas o cristales crecen lo suficiente, pueden caer como lluvia técnica que  se ha utilizado en diversas partes del mundo, especialmente en regiones áridas o con sequías, pero su eficacia aún sigue siendo tema de amplias controversias.

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Son varios los métodos científicos mediante los cuales se asegura que es posible hacer llover. Fotografía – Archivo particular.

Otros intentos aducen a los cañones de lluvia, dispositivos que emiten un sonido de baja frecuencia con la esperanza de romper partículas de agua en la atmósfera y promover la formación de gotas de lluvia y aunque han sido utilizados en algunos lugares, su efectividad no ha sido plenamente demostrada científicamente.

Los colectores de rocío en áreas áridas o desérticas, a menudo se utilizan para obtener agua de la humedad del aire y los dispositivos son estructuras simples diseñadas para capturar el rocío de la mañana o la tarde y pese a no crear lluvia, pueden proporcionar agua para uso local.

Investigaciones realizadas, han explorado el uso de láseres para estimular la formación de gotas de lluvia y se supone que los láseres de alta potencia pueden ionizar partículas en la atmósfera y crear puntos de condensación para el agua, lo que podría conducir a la formación de nubes y lluvia.

En los últimos años, se ha indagado en el uso de drones para llevar a cabo la siembra de nubes de manera más precisa y eficiente por cuanto los drones pueden transportar materiales como yoduro de plata o sal para dispersar las nubes y provocar la lluvia.

Los dispositivos eléctricospor su partecrean un campo automático que se supone puede afectar la formación de nubes, por lo tanto, influir en la precipitación y aunque se han realizado investigaciones, todavía no está claro cuán efectivos pueden ser en la práctica.

Es importante tener en cuenta que la manipulación del clima plantea una serie de desafíos éticos, legales y ambientales por lo que la comunidad científica y los organismos internacionales suelen abogar por un enfoque cauteloso y basado en la evidencia científica para estos métodos, considerando siempre los posibles efectos secundarios y el impacto a largo plazo en el medio ambiente.

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Las creencias indígenas y ancestrales también hacen lo suyo para que llegue la lluvia. Fotografía – Archivo particular.

Por otro lado, las creencias de los pueblos indígenas relacionadas con la lluvia están profundamente arraigadas en sus culturas y cosmovisiones y a lo largo de las diferentes filosofías indígenas alrededor del mundo, se han desarrollado rituales, ceremonias y prácticas que buscan invocar la lluvia en momentos de sequía o necesidad. 

Muchas erudiciones originarias realizan danzas ceremoniales específicas para pedir la llegada de la lluvia como las danzas que involucran movimientos y música tradicional, llevadas a cabo en lugares sagrados o en momentos particulares del ciclo lunar o estacional.

Las ofrendas de alimentos, hierbas, tabaco y otros elementos considerados sagrados son comunes en las prácticas indígenas para atraer la lluvia, ofrendas que suelen ir acompañadas de ceremonias dirigidas por chamanes, líderes espirituales o ancianos de la comunidad.

La interpretación de cantos sagrados y la recitación de oraciones específicas para la lluvia son parte de las prácticas rituales de varias comunidades indígenas y estos cantos y oraciones son transmitidos de generación en generación y están destinados a comunicarse con los espíritus o deidades que controlan el clima.

Algunas culturas llevan a cabo quemas de hierbas o maderas aromáticas durante ceremonias para purificar y pedir la lluvia y el humo de estas quemas es visto como un medio de comunicación con los seres sobrenaturales.

En diferentes saberes indígenas, se utilizan objetos rituales específicos, como bastones ceremoniales, máscaras sagradas, o textiles especiales, durante los rituales de lluvia, y estos objetos son considerados portadores de poderes espirituales.

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El hombre invoca lo divino para que la lluvia llegue y calme la sed. Fotografía – Archivo particular.

Las prácticas indígenas para invocar la lluvia están enraizadas en una profunda conexión espiritual con la naturaleza o el medio ambiente y esto incluye el reconocimiento de ciertos ciclos naturales, el respeto por los elementos, y la idea de que los humanos son parte integral de un sistema interconectado.

En otros casos, las prácticas tradicionales de las comunidades indígenas han demostrado ser efectivas en su contexto cultural y ambiental, proporcionando un ejemplo de cómo las culturas pueden estar en sintonía con la naturaleza y su entorno, por lo que, en las culturas indígenas, los chamanes o curanderos desempeñan un papel crucial en las ceremonias para invocar la lluvia, ya que usan técnicas como el trance y la comunicación con espíritus para solicitar la lluvia.

En las religiones tradicionales africanas, existen prácticas y rituales específicos para pedir la lluvia con ofrendas de alimentos y libaciones a los espíritus de la naturaleza.

La santería y candomblé hacen parte de las religiones afrocaribeñas y afrobrasileñas con prácticas que implican invocar a los orishas (deidades) relacionados con el agua y la lluvia, como Yemayá o Oshún.

Las religiones asiáticas incluyen prácticas y creencias como elhinduismo, donde, se llevan a cabo rituales llamados «yajñas» que involucran ofrendas de ghee (mantequilla clarificada), granos, hierbas, materiales en un fuego sagrado y los yajñas están destinados a pedir la lluvia.

En algunas prácticas budistas, se realizan ceremonias para invocar la lluvia, con cantos y oraciones dirigidos a los budas y bodhisattvas que se cree tienen el poder de influir en los elementos.

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Las plantas son las primeras damnificadas con la sequía y ellas también claman por el agua. Fotografía – Archivo particular.

Las religiones abrahámicas mantienen en eljudaísmo la oración por la lluvia, que es una parte importante de las festividades religiosas, como la celebración de Sucot o la Fiesta de los Tabernáculos y durante esta festividad, se recita una oración especial por la lluvia.

En las tradiciones cristianas, se realizan procesiones, rituales de oración y servicios religiosos especiales para pedir la lluvia durante épocas de sequía o necesidad.

En el islam, las oraciones du’as y súplicas especiales se hacen por los musulmanes durante las épocas de sequía y también existe una oración específica conocida como «Salatul Istisqaa» que es la oración por la lluvia llevada a cabo en ciertas circunstancias.

En todas estas tradiciones, las prácticas para invocar la lluvia están imbuidas de significados espirituales y simbólicos profundos y dichas ceremonias y rituales no sólo buscan obtener el beneficio físico de la lluvia, sino también establecer una conexión más profunda con el mundo espiritual y la naturaleza misma.

Por ahora millones de oraciones y rogativas se elevan hacia las nubes para que se apiaden y emanen el sagrado líquido sobre los verdes campos, convertidos hoy en chamizos de amarillo quemado. 

La Palestra enseña. 

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