Una de las figuras más importantes en el desarrollo y proyección de las músicas del folclore nacional, y en especial de la zona andina colombiana, es el maestro Fernando León Rengifo, más conocido en el mundo de la cultura y entre sus colegas que tanto le quieren y admiran, como “El Chino» León.
El maestro nació en Bogotá el 13 de agosto de 1952 y sus lecciones primarias las aprendió de su padre, quien lo sedujo por las sonoridades de la guitarra, el tiple y la bandola, y del aplaudido compositor y director de orquesta caucano Efraín Orozco Morales, primo segundo por parte de su progenitora.
El maestro Fernando León Rengifo se vinculó al departamento de Música de la Universidad Nacional en 1967 para adelantar estudios de violonchelo con los maestros David Aks, Luis Eduardo Molina y David Nasidze.
“El Chino» León fue chelista de la Orquesta Experimental del Conservatorio bajo la dirección del maestro Ernesto Díaz y de la Orquesta Filarmónica de Bogotá como becario, a la vez que adelantaba estudios complementarios con los maestros Alex Tovar y Blas Emilio Atehortúa, de quienes aprendió los conceptos básicos para llevar al mundo sinfónico los aires nacionales con asombrosa experticia y exactitud.
Pese al dominio del violonchelo y otros instrumentos, fue la bandola la que marcó el derrotero de su vida y a ella ha dedicado sus atesorados calendarios, en medio de una complicidad enigmática que quizá para muchos no tenga explicación, pero al escuchar su aventajada ejecución y el diálogo que establece con ella en los escenarios del país y el mundo, se deduce una entrañable relación de camaradería y apego mutuo.
El maestro se desempeñó como docente en diferentes establecimientos de educación superior como la Universidad de Los Andes, así como en academias, conservatorios y entidades de carácter cultural. En su trasegar por la pedagogía fundó y dio vida a muchas agrupaciones que hoy son sello y huella de la identidad del país como el Trío Joyel, el Cuarteto Colombiano, el Ensamble Colombiano, el Ensamble 9 y la Orquesta de Cuerdas Nogal, entre otros.
Sus arreglos y versiones las hace con un sabio sentido estético y por eso las partituras marcadas con su sello han robustecido significativamente el sistema orquestal sinfónico de Colombia, como el caso de las orquestas Filarmónica de Bogotá, la Orquesta Sinfónica de Colombia, Grupos de Cámara y Ensambles genuinos con los que el folclor se ha proyectado a otros escenarios de manera significativa.
Su delicada genialidad está muy presente en el histórico proyecto “Carranga Sinfónica” en donde hizo maravillosos arreglos para la Orquesta Sinfónica Nacional de Colombia sobre la obra compositiva del juglar Jorge Velosa Ruiz, la que arropó con la sinfonía majestuosa, sin perder el carácter ancestral.
Se pudiera decir que no hay agrupación en el género andino que no quiera tener en su catálogo, los arreglos de “ El Chino» León y por eso, formatos como los Hermanos Calero Cobo, Víctor Hugo Ayala, los Hermanos Arellano Becerra, el dueto Sombra y Luz, el Quinteto Leopoldo Federico, Palos y Cuerdas, el Dueto Primavera, el Trío de Cámara Colombiano, entre muchos otros, han cristalizado el sueño de sacar a la luz, refinados trabajos discográficos con los aportes del versado pedagogo, investigador y arreglista León Rengifo.
El Coliseo Gerardo Arellano Becerra de Ginebra, Valle del Cauca y el Festival Mono Núñez, han disfrutado también de su genialidad y por eso le fue entregado el Gran Premio Mono Núñez con el Trío Joyel en 1980 y con Nogal Orquesta de Cuerdas en 1987, épocas gloriosas en que sus versiones hicieron poner de pie al exigente público ginebrino.
En más de tres producciones literarias, el maestro Fernando León Rengifo ha dejado parte de su inmenso legado: “La música instrumental andina colombiana – 1900-1950”, “La música para piano de Adolfo Mejía: versiones para cuarteto de cuerdas” y “Canción andina colombiana en duetos: Transcripción y aproximación documental”, además de un valioso acopio de escritos, tutoriales, crónicas y un material muy valioso, convertido no solo en evidencia patrimonial, sino en sendero, camino y guía para las venideras generaciones.
Como es de suponer, el maestro ha sido objeto de cientos de reconocimientos y exaltaciones por parte de entidades del orden público y privado, quienes han registrado su nombre en la placa de los juglares y personajes más importantes de la cultura musical de la más reciente historia. El premio a la excelencia «Pedro Morales Pino» y vida y obra en el Festival Cotrafa se suman a una lista interminable de merecidos homenajes que ponen su presencia y su experticia como referente para el surgimiento de nuevas dinámicas interpretativas y otras formas de ver y sentir los aires vernáculos.
La vida del “El Chino” León transcurre entre el calor amoroso de su familia, amigos y contertulios y las partituras donde plasma, en cada momento, fascinantes aportes al devenir de nuestra sonoridad nacional, porque él solo espera que le den cuerda para echar a volar por lo más alto la cometa de la identidad.
Grande, muy grande es la obra y el legado musical de “El Chino” León.
Disfrutemos aquí del Republicano, un Bambuco de Luis Antonio Calvo y el Quinteto Leopoldo Federico
Versión de Fernando “El Chino” León
Asesor musical: Eduardo Carrizosa Navarro
Del Álbum «El trébol agorero» homenaje a Luis Antonio Calvo
Giovanni Parra en el Bandoneón y dirección, Alberto Tamayo en el Piano, Francisco Avellaneda en la Guitarra, Daniel Plazas en el Violín, Andrés Almanza en el Contrabajo y la participación especial de Fernando “El Chino” León” en la Bandola.
