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¿Mentiras piadosas?

Mar 26, 2024

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La sociedad se acostumbró a darle denominaciones a las acciones que, como la mentira, no se puede maquillar, así tenga el mote de “mentiras piadosas”. Resulta muy interesante escudriñar en lo más profundo de su intención para lograr entender esas sentencias generales que, a fuerza de decirlas, hacerlas y repetirlas, se convierten en ley y en tradición de generaciones.

Las «mentiras piadosas» son aquellas falsedades o tergiversaciones que se dicen con la intención de proteger o no herir los sentimientos de alguien y a menudo se utilizan en situaciones en las que la verdad completa podría ser perjudicial o dolorosa para la persona a la que se le está mintiendo.

El término «piadoso» en este contexto se refiere a la compasión o misericordia hacia el individuo al que se le está mintiendo y se considera que estas mentiras son benignas o benevolentes, por cuanto su objetivo es evitar dañar emocionalmente a alguien más que preservar la verdad en sí misma.

Algunos ejemplos comunes de mentiras piadosas incluyen decirle a alguien que se ve bien cuando no es así, elogiar un regalo que no es de agrado personal, o decirle a un niño que su expresión artística es maravillosa cuando en realidad no lo es.

Éstos y otros casos en el que las personas suelen mentir para evitar causar tristeza, decepción o vergüenza a alguien, se bautizó con el nombre de “mentiras piadosas” para hacer creer que tales expresiones están amparadas por lo Divino y cuentan con el aval de quien todo lo ve y todo lo juzga.

Sin embargo, el tema de las mentiras piadosas es muy complicado éticamente, ya que plantea preguntas sobre cuándo es aceptable o no decir una mentira, incluso si es con buenas intenciones.

Algunas personas sostienen que siempre es mejor decir la verdad, así duela o cause desazón, mientras que otras argumentan que las mentiras piadosas son necesarias en ciertas circunstancias para mantener la armonía interpersonal y evitar conflictos innecesarios que dejan dolorosas secuelas.

Aunque las mentiras piadosas pueden tener la intención de proteger los sentimientos de alguien o evitar un daño emocional inmediato, también pueden tener consecuencias no deseadas o negativas, si la persona a la que se le miente descubre la verdad más adelante, ocasionando una pérdida de confianza irreparable e irrecuperable.

Las mentiras piadosas llevan a malentendidos y a una falta de comunicación efectiva y si la información proporcionada no es precisa, puede ser difícil tomar decisiones informadas o comprender completamente una situación.

Una persona que se acostumbre a escuchar mentiras piadosas puede comenzar a depender de ellas para sentirse mejor acerca de sí misma o de una situación y esto lo conduce a una falta de desarrollo personal o una incapacidad para enfrentar la verdad y los retos de la vida con arrojo y coraje.

Una mentira piadosa puede parecer inofensiva en el momento, pero a largo plazo causa más daño emocional que beneficio, porque casos como los falsos elogios, en lugar de decir la verdad, mete al individuo en un mundo de fantasía irreal en donde la falacia es el eje articulador de todo movimiento.

Sacarle el cuerpo a la verdad a través de estas acciones “piadosas” lleva a la acumulación de una mentira tras de otra y eso, por supuesto, solo menoscaba la ética, en tanto que al que miente le pone una enorme carga sobre su cuerpo, de esas culpas que no dejan conciliar el sueño.

Las mentiras piadosas, entonces, tienen consecuencias negativas, incluso si se hacen con buenas intenciones, por lo que es necesario considerar cuidadosamente si la farsa realmente beneficia a quien se le está engañando y si en realidad hay formas más honestas y constructivas de abordar la situación, así duela y genere escenarios de descomposición, que a la postre es tan solo anticipar lo que, por efecto lógico, tiene consecuencias futuras.

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