Sobre la elección de Fiscal General

El insigne escritor y poeta colombiano, José Eustasio Rivera, tiene un soneto que dice,  “aquí donde la gloria se engalana, hallo solo una bruma desteñida”, y éste fué escrito en 1920, para ilustrar su idea filosófica de que el hombre, a pesar de su libertad de pensamiento, “debe rendirse ante la finitud de su tiempo, sin que el otro tiempo le permita ninguna absolución”.

Se le puede dedicar este acápite a la Corte Suprema de Justicia, frente a su decisión sobre la elección de Fiscal General, y digo, elección, porque la Corte virtualmente eligió a Martha Mancera, al no elegir a una de las juristas ternada por el Presidente Petro. 

Es más, estoy seguro que los Magistrados, que bobos no son, confrontaron las hojas de vida de las cuatro ternadas, Ángela María Buitrago, Amelia Pérez y Luz Adriana Camargo, más Martha Mancera, la Vicefiscal que asume como Fiscal General  la próxima semana. 

Contra las ternadas, el único lunar que ha salido a la luz pública es, con respecto a la jurista Amelia Pérez, de quien se dijo que el actual Ministro de la Defensa, Iván Velásquez, estaba presionando, entre bastidores, para que la nombraran Fiscal. Sobre las otras dos, también estoy seguro, hasta la oposición las ha escudriñado con lupa, y no les ha encontrado nada, porque no ha dicho ni mu sobre ellas. 

Sobre Martha Mancera, las sindicaciones de corrupción la rodean seriamente, y no es necesario dejarlas aquí expresas, porque los medios, hablados y escritos, han desplegado sus negros lunares, no precisamente en la mejilla, sino en el corazón, como se puede comprobar en Google. Entonces, los Magistrados eligieron quedarse con Mancera… 

Por eso, parafraseando a Rivera, podríamos decir hoy que  «aquí donde la gloria se engalana, hallamos solo una bruma desteñida»…